Contribución a una política sanitaria socialista

La crisis sanitaria global a raíz de la COVID-19, causada por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2, ha puesto de manifiesto que ni la sociedad burguesa mundial, ni la economía capitalista que tiene a la base, están preparadas para hacer frente a problemas sanitarios extensos, globales ni novedosos, como es el caso de esta pandemia.

El impacto inicial de la enfermedad ya ha desbordado la red de sistemas sanitarios existentes, la organización burguesa de la medicina y la salud, en pocas semanas y en la mayoría de países avanzados, y ha dejado en evidencia la incapacidad del mercado privado de la salud, del mercado de las farmacéuticas y de la intervención estatal (y su sistema de sanidad pública) para ser efectivos como órganos directivos en este campo de actividad humana tan importante como es el de la salud y la medicina. Junto con ellos es el propio modelo capitalista y de rentabilidad económica el que ha quedado al descubierto, también en este ámbito (sanitario), como históricamente desfasado, caducado, incapaz de proporcionar a la población toda la potencia del avance técnico real. Ha sucedido lo que hace unos meses parecería imposible: un simple virus ha descuartizado el orden social burgués y ha puesto en jaque tanto al sistema sanitario capitalista como, más allá de él, a la mayoría de los sectores productivos, y lo ha hecho en unas pocas semanas.

En ese contexto, en la evidencia de que la estructura entera de la sanidad burguesa ha sido desbordada como principio social de organización de este ámbito del metabolismo social, podía haber sido un buen momento para socializar y politizar el subyacente problema de clase y su raíz económico social. Sin embargo, muchos partidos y grupos de «izquierda» han optado por señalar únicamente, de los tres elementos arriba enumerados, al mercado privado de la salud (o sanidad privada), y a la falta de inversión en el sistema de salud estatal (público) como factor clave, reivindicando la ampliación de la salud pública de control estatal burgués como solución. Dicho de otro modo, la solución sería para estos grupos ampliar a todo el espectro de gestión burguesa de la salud el modelo estatal, en detrimento de la gestión privada. Es decir: poner al mando de la sanidad al agente colectivo de la burguesía, al estado, en lugar de agentes particulares de la burguesía, como son las empresas del sector. Las farmacéuticas, por su parte, no se han visto cuestionadas para nada en el contexto de la pandemia. Antes bien, han visto subir indefectiblemente sus cotizaciones en bolsa. Es decir, dejar la gestión de la producción de medicamentos, de investigación de curas, de formación de los estándares de la medicina, etc. en manos de las farmacéuticas, no parece tener nada que ver con, por ejemplo, que no existan mayores medios o mayor capacidad de acción inmediata para hacer frente a la pandemia, tanto a nivel preventivo (plan de acción prediseñado, EPIs, etc) como a nivel inmunizador (desarrollo de vacunas de rango universal, etc.). No se ha marcado tampoco desde la izquierda reformista a los organismos sanitarios corruptos de la burguesía, como es la propia OMS, sino que se la utiliza constantemente como argumento de autoridad, como el organismo que nos dice lo que habría que hacer frente al estado, sin comprender que la OMS y los estados están del mismo bando: que los propios estados capitalistas, anticomunistas y antiproletarios son quienes financian la OMS. En concreto, Estados Unidos, Alemania o Reino unido, junto con algunas farmacéuticas e inversores poderosos como la familia Gates, son los valedores financieros de la OMS, tan utilizada como argumento de autoridad por la izquierda desorientada actual. Tampoco se señala por parte de estos grupos de izquierda progresista la evidencia de que todo el personal médico acude a trabajar por un salario que se paga con producción de plusvalor en otras esferas (se ha llegado incluso a caer en la contradicción de reivindicar una ampliación del sistema público estatal de salud, calificando con razón esta actividad de ‘necesaria’ en este contexto; mientras se revindica simultáneamente la paralización de la actividad productiva industrial, comercial, etc...) calificando esta actividad de ‘no esencial’, siendo esta actividad la base económica desde la cual la cual financia el estado capitalista su emisión de deuda para mantener entre otros los salarios de personal médico, los gastos de sanidad, etc. En una palabra, el modelo de sanidad pública que la izquierda tanto defiende, pero cuyos cimientos de explotación tanto detesta, en lugar de defender directamente la socialización del espacio sanitario. Y es que por activa y por pasiva la óptica reformista insiste en no ver que el sistema burgués es un todo interdependiente, y que no se puede estar todo el día pidiendo lo bueno y quitando lo malo, que eso es puro socialismo utópico y que ya fue desenmascarado hace 200 años. Que, si renuncias a la Revolución, a la estrategia de lucha por el poder, por destruir los aparatos de estado de la burguesía y constituir la dictadura revolucionaria del proletariado para mudar la forma histórica de la totalidad social, estás completamente condenado al rodillo aplastante de la lógica social de la valorización, hoy en fase destructiva.

En el modelo estatal burgués todas las actividades económicas, desde la sanidad hasta la automoción, están totalmente soldadas e interconectadas por la ley del valor y de la acumulación. En la sociedad burguesa, por muchos recursos técnicos que haya acumulado, no hay posibilidad de desatar todo el potencial técnico del grado de desarrollo histórico, y desde luego, no hay posibilidad de parar la producción ‘no esencial’, porque lo esencial es la producción misma. Sin la producción sobreviene la hecatombe. Sin lo esencial, sin la producción de plusvalor, no funciona nada, se derrumban todos los principios que mantienen la vida en esta sociedad: la sanidad, el salario, el derecho a la vivienda, el suministro de alimentos, los ahorros del banco, la maltrecha paz interimperialista, etc.

No hay posibilidad de parar la producción ‘no esencial’, porque lo esencial es la producción misma

El planteamiento progresista del problema, hegemónico por el momento dentro de las filas de la clase trabajadora es, por lo tanto, muy deficiente en la práctica, y radicalmente falso ya en teoría. Tanto de cara a la comprensión de los nexos internos de la sociedad económica burguesa actual, como de cara a las posibles soluciones a los problemas que plantea, la reivindicación de una sanidad pública estatal bajo las órdenes directas del gobierno de turno (que en el caso del Estado español podría ser perfectamente un partido como VOX en la siguiente legislatura) no soluciona absolutamente nada. Si lo que pretendemos es solucionar, no ya el conjunto de graves problemas de sanidad globales (cáncer, sida, diabetes, tuberculosis, adicciones, asesinatos laborales, enfermedades mentales, polución masiva...), sino, aunque sólo sea el problema puntual de desbordamiento de hospitales en esta pandemia, y que no se repita en la siguiente, y lo pretendemos hacer eliminando la sanidad privada y reforzando la pública/estatal, estamos en un error manifiesto. A nadie le gusta que los ricos tengan privilegios, pero no olvidemos que es en los hospitales públicos donde la gente está muriendo tumbada en los pasillos. Es falso que mayor inversión en sanidad pública soluciona el problema. Vamos a verlo:

Dicho de forma breve, el complejo sistema de sanidad burguesa global integra como complementos la gestión privada y pública de la sanidad. El servicio sanitario de gestión privada, los seguros médicos etc. responden hoy a la división de la atención sanitaria entre por un lado burguesía y capas superiores de la clase trabajadora, que por nivel de renta pueden acceder a mayor calidad y rapidez en la atención; y proletariado y capas inferiores de la aristocracia obrera por otro lado, que tienen una sanidad para pobres (pública/estatal), que funciona a brocha gorda dejando sin tratar la mayoría de las afecciones leves y algunas graves. Ambos modelos externalizan parte de sus actividades a empresas privadas (limpieza, hostelería, televisión, etc.).

El complejo sistema de sanidad burguesa global integra como complementos la gestión privada y pública de la sanidad

¿Qué implica la petición de aumento de gasto y de volumen en la sanidad pública, en un momento de ofensiva económica del capital financiero por destruir a la clase media? Pues simplemente (lo voy a decir en plan fuerte) implica plegarse a la política capitalista de los tiempos. La élite financiera global, con sus programas de flexibilización monetaria, de imprimir billetes y prestárselos entre ellos, ha dejado obsoleto el modelo de financiación estatal mediante tributación: y en semejante situación, la clase media pierde su sentido económico, que era ser la base tributaria de los estados (el sentido político lo perdió cuando desapareció la amenaza del proceso revolucionario consciente del proletariado). De manera que vivimos un proceso de destrucción global de las clases medias mediante una agresiva ingeniería financiera, que pasa desapercibida a la práctica totalidad de partidos reformistas, y contra la cual los sindicatos no pueden hacer nada (pues tiene a la base el diferencial de salario relativo, la revolución tecnológica y la separación del gobierno sobre el trabajo del proceso productivo inmediato. Esto quizá lo trate en otro texto futuro). De hecho, en una ofensiva sin precedentes del Capital Financiero contra todas las facciones de clase media, es lógico que uno de los fundamentos de la clase media, como las ayudas del estado a la sanidad privada o a la educación concertada para mantener una amplia clase media con privilegios se vengan a abajo. En sí, la reivindicación de una sanidad pública para pobres más amplia, de más gasto en sanidad pública, es la reivindicación, aunque no se quiera ver, de abaratamiento y de peor calidad, que el propio Capital en su más actualizada forma financiera está ya demandando: sanidad privada sólo para los más ricos. Probablemente, en este contexto de proletarización, aumentará la dotación general de la sanidad pública, pero porque aumentarán exponencialmente las personas que tiene que atender, ya que cada vez menos de ellas pueden permitirse un seguro médico, una mutua, etc. con el recorte de todas las modalidades de salario, con lo que en sí supone un ahorro al Capital. De tal manera que sí, habrá más recursos en general para la sanidad pública, pero menos recursos per cápita, es decir: mayor colapso y peor servicio. No hay escapatoria en los estados endeudados hasta las cejas y con poca productividad más que la Revolución Socialista y la Organización Socializada de toda la Producción, incluida la sanidad.

¿Qué implica la petición de aumento de gasto y de volumen en la sanidad pública, en un momento de ofensiva económica del capital financiero por destruir a la clase media? Pues simplemente (lo voy a decir en plan fuerte) implica plegarse a la política capitalista de los tiempos

A mayor proletariado, es lógico que haya una mayor sanidad pública, y menos uso de la sanidad privada. Cuantitativamente mayor inversión en sanidad pública, pues existe un proletariado cuantitativamente mayor, y esto corre a cargo del estado, por supuesto, es decir, de la deuda que contrae y echa a las espaldas de las siguientes generaciones proletarias a través del mecanismo del pago de la deuda.

Lo que garantiza la calidad del servicio sanitario no es su publicidad/estatalidad, sino los objetivos, el contenido, en fin: el quién manda y el quién obedece al nivel de las cuestiones básicas, como en todos los campos de actividad económica. Y la sanidad pública es sanidad para pobres, de calidad bajísima, bajo el control y gobierno del capital a través del estado de los banqueros y los empresarios y sus partidos estructuralmente corruptos.

En este texto defiendo plantear la oposición y la lucha de clases del ámbito de la sanidad no como una apuesta por aumentar la inversión en una sanidad para pobres (pública de gestión estatal sustentada de medicamentos, investigación y recursos por el mercado) y disminuirla en una sanidad para ricos y clases medias (de gestión privada y de pago o copago); sino en la lucha de clases frente a todo el sistema de sanidad burguesa (que integra estatal y privada), por la construcción de un sistema de sanidad socialista, o socializada, que debemos impulsar como única alternativa real para los intereses del proletariado. Es decir: Sistema de sanidad bajo control de la burguesía y regido por las necesidades de acumulación de Capitales, o Sistema de sanidad bajo control democrático del proletariado, Universal, gratuito y de máxima calidad, o con el objetivo de producir la mejor calidad de vida posible, según el nivel de desarrollo técnico científico, para el total de la población mundial.

La lucha de clases frente a todo el sistema de sanidad burguesa (que integra estatal y privada), por la construcción de un sistema de sanidad socialista, o socializada, que debemos impulsar como única alternativa real para los intereses del proletariado. Es decir: Sistema de sanidad bajo control de la burguesía y regido por las necesidades de acumulación de Capitales, o Sistema de sanidad bajo control democrático del proletariado, uUniversal, gratuito y de máxima calidad, o con el objetivo de producir la mejor calidad de vida posible, según el nivel de desarrollo técnico científico, para el total de la población mundial

El texto analiza para ello las características más significativas del sistema de sanidad capitalista, para poder identificar bien cuáles son los núcleos problemáticos que hay que golpear y desprestigiar en el período de la lucha de clases que inauguran este gran confinamiento y esta crisis económica global que se va a desencadenar ya con total seguridad a partir del verano de 2020, cuando el mundo entre oficialmente en recesión al concatenar dos trimestres desastrosos.

1. CARACTERIZACIÓN GENERAL DEL ESPACIO SANITARIO CAPITALISTA GLOBAL

La característica política fundamental de todo el espacio sanitario burgués global como actividad que integra diversos procesos de trabajo, de conocimiento y de recursos técnicos, consiste en que está bajo el control directo y el gobierno de la alta burguesía, especialmente de la oligarquía financiera, tanto en empresas de gestión privada de la salud, como en la sanidad pública a través del estado; pasando por todas las empresas que externalizan otros servicios (limpieza, hostelería y servicios en hospitales) y la producción de complementos sanitarios (farmacéuticas, aparatos técnicos, etc.). No sólo eso, sino que prácticamente todas las instituciones sanitarias globales son organismos corruptos de propaganda y control biopolítico capitalista. Arrebatar a la burguesía el control de todo el proceso de trabajo que produce la salud de la población mundial es indispensable, de lo contrario el sistema de sanidad seguirá sirviendo a los intereses de una parte de la población, y no a los intereses de toda la humanidad.

El control directo y el gobierno de la alta burguesía, especialmente de la oligarquía financiera, tanto en empresas de gestión privada de la salud, como en la sanidad pública a través del estado; pasando por todas las empresas que externalizan otros servicios (limpieza, hostelería y servicios en hospitales) y la producción de complementos sanitarios (farmacéuticas, aparatos técnicos, etc.). No sólo eso, sino que prácticamente todas las instituciones sanitarias globales son organismos corruptos de propaganda y control biopolítico capitalista

Mientras está bajo el gobierno de la burguesía, los objetivos de cada institución sanitaria, los métodos de intervención, de tratamiento y de diagnóstico, la clasificación de las patologías, etc. serán decididas en última instancia por las necesidades de la clase dominante. En los centros privados orientados a la clase dominante, dominará la producción del bienestar, como parte de gasto del componente social de la ganancia; mientras que en los centros de sanidad para la mayoría de población, dominará la reproducción de la fuerza de trabajo como componente social del salario indirecto, y el hacer negocio privado como actividad productiva de plusvalor, sin que la producción del bienestar colectivo sea en ningún caso importante, sino un gasto improductivo, que por lo tanto no sucederá. Añadido a esto, una gran parte de la población mundial, por no ser productiva, seguirá sin tener asistencia sanitaria del menor tipo, como es el caso de múltiples estados del Sur Global, en África, América Latina y Asia-Pacífico.

Por otro lado, la burguesía domina también el discurso médico, las ciencias biológicas, y el orden de la verdad en este campo, tanto en lo que respecta a lo que se considera correcto e incorrecto en medicina, pasando por lo que se puede investigar o no (véase, por ejemplo, la prohibición de la OMS de publicar artículos de investigación sobre el impacto en la salud global de los residuos de la industria nuclear), priorizando inversiones en investigación según sus intereses y no los de la población general, y utilizando en todo momento un discurso médico totalmente intervenido como autoridad técnica para imponer decisiones políticas (tenemos un claro ejemplo de ello en la imposición de un estado de excepción y arresto domiciliario globales, siguiendo las recomendaciones sanitarias de instituciones capitalistas como la OMS, o ministerios de sanidad que están todos bajo control mafioso del propio Capital Financiero en general y las Farmacéuticas y multinacionales de la sanidad en particular). Es decir, que incluso el Capital está en parte bloqueando un potencial de mejora técnica investigadora del espacio sanitario global, porque directamente no es rentable en términos económicos.

En definitiva, la poderosa élite financiera global, y sus cuadros intermedios empresariales, controlan la totalidad del discurso y las prácticas médicas, en todos los campos de actividad, para sus propios intereses. El espacio sanitario mundial es propiedad de la burguesía. Una parte de ese poder productivo médico lo utiliza para su propio bienestar, otra parte como sector para producir ganancias (en el Estado español la sanidad supone el 13 por ciento del PIB), y otra parte como algo similar al servicio veterinario para mantener vivo a su ganado especial: el proletariado.

La producción y reproducción de la vida en la formación social burguesa es de vital importancia para nutrir al proceso de acumulación de valor. La valorización funciona consumiendo fuerza de trabajo en el proceso, por lo que le resulta necesario, por un lado, mantener operativa la fuerza de trabajo frente a accidentes, enfermedades, etc. que podrían inutilizarla y convertirla en un gasto improductivo: por otro lado, necesita mantener bajo control biopolítico y formar la nueva fuerza de trabajo desde el nacimiento, por eso controla también el proceso de crear vida nueva, y pone cuidado en ello. Además, supone un sector de acumulación propio, en la medida en que existe toda una industria privada que ofrece productos sanitarios de consumo, desde las farmacéuticas hasta todo tipo de asistencia médica de pago.

El sistema sanitario global forma y crea la fuerza de trabajo siempre respondiendo a las distintas necesidades de cada ciclo de acumulación del Capital, y por lo tanto, atendiendo a distintos criterios a la hora de distribuir la vida y la muerte, o las patologías a tratar y los tratamientos a aplicar, según las necesidades del Capital en cada coyuntura. El mismo sistema sanitario que mantenía en vida artificial hasta hace poco a gran parte de los pensionistas, por cumplir con funciones de mantenimiento del orden siendo sus pensiones un punto de apoyo de muchas familias, por suponer un depósito del Capital riesgo sus fondos de pensiones para las maniobras del Capital financiero, y por ser un grupo social de consumo de ciertas industrias como el turismo, o del comercio; ahora ese mismo sistema sanitario los deja morir porque en el nuevo cambio de ciclo ya no serán útiles, ni siquiera para la realización del capital, para la esfera del consumo.

2. ALGUNAS CARACTERÍSTICAS PARTICULARES DE LA SANIDAD PÚBLICA/ESTATAL BURGUESA

Si queremos entender el engranaje del espacio sanitario burgués, debemos tener claro a qué nos enfrentamos, dónde residen sus puntos de debilidad, dónde tenemos los focos de propaganda, de organización y de lucha, en orden sucesivo de proceso táctico, para dar la batalla las siguientes décadas. Sirva como contribución a ello el siguiente análisis de los puntos débiles, que podrían ser resueltos con la capacidad técnica actual en un sistema sanitario socializado.

  1. El sistema público de sanidad burguesa es un sistema colapsado por principio. No porque no haya recursos suficientes, sino porque la organización social capitalista es incapaz de proporcionarlos. La sanidad pública siempre está colapsada, en mayor o menor medida, porque no es prioritario gastar recursos económicos de estados estructuralmente deficitarios y gobernados por la deuda, para dar un servicio más rápido y de calidad a una población mayormente improductiva. Eso lastraría demasiado la tasa de valorización. Las mutuas, etc. se encargan de asegurar que el trabajador que tiene empleo esté lo menos posible de baja, y la sanidad pública sólo tiene que ocuparse de mantener en la medida de lo posible con vida y operativa a la fuerza de trabajo, o en su caso según el ciclo de acumulación, al ejército de consumidores que ayudan a que la mercancía llegue a realizar su valor mediante la venta. Una de las características fundamentales de toda sanidad pública estatal son las listas de espera y la saturación del número de pacientes por médico. ¿Alguien cree que esto puede cambiarse realmente sin arrebatar el poder social al Capital?

    Sobra decir que un sistema colapsado de antemano no tiene nada que hacer ante una emergencia global, como puede ser un ataque militar masivo, un desastre ecológico, o una pandemia. Lo estamos comprobando ahora mismo: la sanidad ya estaba colapsada de entrada, y el problema de la COVID-19 ha bloqueado muchos procesos y a mucha gente que estaba esperando para ser atendida por otras patologías, además de estar los hospitales colapsados ya desde el primer momento para atender a los afectados por el propio virus. Desde un punto de vista sanitario, la población trabajadora mundial está totalmente desprotegida ante este tipo de amenazas, y lo seguirá estando mientras la lógica capitalista rija la actividad sanitaria. Esta saturación sanitaria estructural sólo puede solucionarse con una Revolución Socialista Internacional.

  2. El modelo profesional médico y la formación de personal sanitario tiene una baja o nula formación humanista, salvo en estados de ensayo socialista agotado del ciclo revolucionario anterior, que han avanzado en elementos guía de una política socialista, como es el caso de Cuba. En una disciplina que exige una humanidad extrema como es la actividad sanitaria, en la que se trabaja con el sufrimiento y el dolor, la formación humanística y ética no debe ser una mera asignatura, sino el contenido central, la columna profesional del personal sanitario. La falta de sensibilidad médica hacia el paciente es fomentada por la forma misma de la medicina burguesa. El personal sanitario es formado para trabajar con tejidos, con órganos, con cuerpos, no con personas. En El Nacimiento de la Clínica, M. Foucault expone el proceso de formación de la medicina moderna como un proceso de mirada diagnóstica sobre tejidos, etc. en el que no existe dimensión humana. De ahí que la mayor parte de ese mismo personal actúe de forma totalitaria con los pacientes, en los que han aprendido a ver objetos a intervenir. No es necesario informar al detalle, ni permitir que los pacientes den su opinión sobre su tratamiento, ni ofrecer alternativas, ni poner especial interés en el diagnóstico en todos aquellos casos que no sean obvios (de hecho, actualmente los profesionales sanitarios están siendo devaluados a meros intermediarios entre el paciente y el código de diagnóstico establecido en sistemas informáticos, sin capacidad hermenéutica propia ni intención alguna de desarrollar el saber específico). Evidentemente siempre hay excepciones, pero el modelo de personal sanitario burgués más extendido es este, un mecánico de cuerpos, tanto por la formación nula en valores y humanismo que se recibe, como por la naturaleza del propio proceso de trabajo enajenante al que se incorporan, siempre bajo las órdenes de una burocracia médica/política sin escrúpulos. Es importante por lo tanto una política socialista en el campo de la medicina, es una actividad estratégica. El personal sanitario militante del comunismo debe formarse profesionalmente en la excelencia técnica y humana, una formación fomentada desde el Partido Comunista, y que sirva como herramienta ideológica y propagandística dentro del sistema sanitario capitalista, de referente humano que mejora las vidas de los que más lo necesitan, y más aún en el momento en que el proletariado tenga en sus manos el rumbo de la Historia y los recursos para demostrar la superioridad ética del socialismo.

  3. En cuanto al modelo de producción de medios, ya sean hospitales, maquinaria, material de diagnóstico o tratamiento, fármacos, etc. en la sanidad estatal burguesa es la rentabilidad económica de su uso la que prima a la hora de utilizar esta o aquella tecnología, herramienta, o procedimiento de diagnóstico.

    En cuanto al desarrollo de fármacos y su uso recomendado para tratamientos, lejos de primar el criterio puramente médico, es la probabilidad de ganancia de la industria y las farmacéuticas la que impone los criterios médicos. Por muy necesario que sea un medicamento o un medio técnico, si no hay ganancia, no se fabrica, y aunque no resulte necesario administrar cierto medicamento, es probable que se recomiende consumirlo por parte del médico de cabecera, así de simple. La escasez de mascarillas tiene una base objetiva en esto: no existía demanda, por lo que no se fabricaron ni mucho menos se almacenaron. Desde un punto de vista técnico sanitario, tener reservas de EPIS de este tipo ante una probabilidad real de pandemia, que ya se venía advirtiendo en diversos documentos e informes internacionales, era una necesidad indiscutible. Sin embargo, en el mercado capitalista no prima la necesidad técnica, sino la demanda de consumo efectiva. Sin demanda, no hay producción. Y aunque haya demanda, pero si los demandantes no pueden pagar, tampoco. Por ejemplo, eso es lo que sucede con la falta de abastecimiento de medicamentos básicos en grandes zonas del planeta donde millones de personas mueren al año por enfermedades de fácil tratamiento.

    En lo que respecta a hospitales y recursos, el espacio sanitario burgués es por naturaleza brutalmente segregacionista, y esencialmente basado en la competencia. Si no eres competitivo, no tienes recursos, y no tienes derechos, tampoco a la salud. Por ejemplo, la desigual distribución de camas hospitalarias por cada mil habitantes de un estado a otro. Por ejemplo, la desigual disposición de recursos, de material diagnóstico, por países, incluso por zonas dentro de los mismos países. Y no sólo segrega territorialmente entre centro y periferia capitalista: también lo hace y sobre todo, como decíamos antes, entre clases: la sanidad privada de la élite dispone de las tecnologías puntas, de los mejores profesionales y del mejor acceso a los recursos, mientras que el proletariado se ve obligado a convalecer en hospitales viejos y descacharrados, con material caducado y con recursos insuficientes, incluso en el centro financiero global y el país con mayor inversión del PIB en sanidad, que aunque parezca mentira son los Estados Unidos de América.

    A todo ello hay que añadir el rapto de medicamentos básicos a causa de las patentes farmacéuticas. También la falta de escrúpulos para envenenar a grandes poblaciones con medicamentos de dudosa calidad, y la ausencia parcial o total de investigación en materias de relevancia médica, como impactos de la contaminación nuclear, electromagnética, alimentaria, etc.

  4. El modelo de intervención general está basado en el tratamiento, y no en la prevención, por el simple motivo de que en la prevención no hay negocio. Si la gente enferma menos, las farmacéuticas ganan menos, es así de sencillo. Además, prevenir es más caro que aplicar un medicamento, especialmente cuando hablamos de población improductiva, que suele ser la que más necesita el sistema sanitario (enfermos crónicos, ancianas, discapacitados, etc.), ya que mantenerla sana exige una multidisciplinariedad y un uso de recursos muy alejado de los intereses de la clase dominante y su intención de gasto.

  5. El modelo de sistema sanitario burgués está parcial o totalmente separado del resto de procesos de producción.

    COVID-19aren ondoriozko osasun-krisi globalak, SARS-CoV-2 koronabirus berriak eragin duena, agerian utzi du mundu mailako gizarte burgesa, eta oinarrian duen ekonomia kapitalista, ez daudela prestatuta osasun-arazo zabal, global eta berriei aurre egiteko, pandemia honen kasuan bezala.

    Gaixotasunaren hasierako eraginak dagoeneko gainezkatu du osasun-sistemen sarea, medikuntzaren eta osasunaren antolakuntza burgesa, aste gutxian eta herrialde aurreratu gehienetan, eta agerian utzi du osasunaren merkatu pribatuak, farmazeutiken merkatuak eta estatuaren esku-hartzeak (eta osasun publikoaren sistemak) ez dutela gaitasunik giza jardueraren esparru garrantzitsu honetan zuzendaritza-organo gisa eraginkorrak izateko. Horiekin batera, eredu kapitalista eta errentagarritasun ekonomikoan oinarritutako eredua bera da, baita arlo honetan ere (osasun-arloan), historikoki zaharkituta, iraungita, biztanleriari benetako aurrerapen teknikoaren potentzia osoa emateko ezgai agertu dena. Duela hilabete batzuk ezinezkoa zirudiena gertatu da: birus soil batek ordena sozial burgesa zatikatu du, eta osasun-sistema kapitalista eta, harago, ekoizpen-sektore gehienak estutasunean jarri ditu, aste batzuen buruan lortu du, gainera.

    Testuinguru horretan, osasun burgesaren egitura osoak metabolismo sozialaren esparru horren antolakuntza printzipio sozial gisa gainezka egin izanaren ebidentzian, une egokia izan zitekeen oinarrian den klase arazoa eta haren erro ekonomiko soziala sozializatzeko eta politizatzeko. Hala ere, ‘ezkerreko’ alderdi eta talde askok, goian aipatutako hiru elementuetatik, osasunaren merkatu pribatua (edo osasun pribatua), eta funtsezko faktore gisa estatuko osasun-sisteman (publikoa) inbertsiorik ez egitea, aipatu dute soilik, soluzio gisa estatu-kontrol burgesaren menpeko osasun publikoa zabaltzea aldarrikatuz. Beste era batera esanda, talde horientzat soluzioa izango litzateke osasunaren kudeaketa burgesaren espektro osora zabaltzea estatu-eredua, kudeaketa pribatuaren kaltetan. Hau da: burgesiaren agente kolektiboa, estatua, osasungintzaren agintean jartzea, burgesiaren eragile partikularren ordez, sektoreko enpresak kasu. Farmazeutikak, bestalde, ez dira inola ere zalantzan jarri pandemiaren testuinguruan. Aitzitik, burtsan zituzten kotizazioak halabeharrez gora egiten ikusi dituzte. Hau da, sendagaien ekoizpenaren, sendabideen ikerketaren, medikuntzako estandarren prestakuntzaren eta abarren kudeaketa farmazeutiken esku uzteak ez dirudi zerikusirik duenik, adibidez, pandemiari aurre egiteko bitarteko handiagorik edo berehalako ekintza-gaitasun handiagorik ez izatearekin, prebentzio-mailan (aurrez diseinatutako ekintza-plana, NBE, etab.), zein immunizazio-mailan (maila unibertsaleko txertoen garapena, etab.). Ezker erreformistak ere ez ditu burgesiaren erakunde sanitario ustelak seinalatu, OME bera bezala, baizik eta autoritate argudio modura darabilte etengabe, estatuaren aurrean egin beharko litzatekeena esaten digun organismo modura, OME eta estatuak alde berean daudela ulertu gabe: estatu kapitalistak, antikomunistak eta antiproletarioak berberak direla OME finantzatzen dutenak. Zehazki, Estatu Batuak, Alemania edo Erresuma Batua, Gates familia bezalako farmazeutika eta inbertitzaile boteretsuekin batera, noraezean dabilen egungo ezkerrak autoritate argudio gisara hainbestetan erabiltzen duen OMEren finantza-baliatzaileak dira. Era berean, ezkerreko talde aurrerakoi horiek ez dute seinalatzen mediku guztiak beste eremu batzuetan ekoiztutako gainbalioaren bidez ordaintzen den soldata baten truke lanera joaten direnik (kontraesanean ere erori dira estatuaren osasun-sistema publikoa hedatzea aldarrikatu dutenean, arrazoi osoz testuinguru honetan jarduera hori «beharrezko» gisara kalifikatuz; aldi berean, industriaren, merkataritzaren eta abarren ekoizpen-jarduera geldiaraztea aldarrikatu duten bitartean, jarduera hori ‘ez funtsezkoa’ dela babestuz, jarduera hori oinarri ekonomikoa denean medikuen soldatak, osasun-gastuak eta abar mantentzeko estatu kapitalistak jaulkitzen duen zorra finantzatzeko. Hitz batean, ezkerrak hainbeste defendatzen duen osasungintza-eredu publikoa, baina bere ustiapen-oinarriak hainbeste gorrotatzen dituena, osasungintzaren eremuaren sozializazioa zuzenean defendatu beharrean. Izan ere, ikuspegi erreformista aktiboki eta pasiboki tematzen da sistema burgesa osotasun interdependentea dela ez ikusten, eta ezin dela egun osoa ona eskatzen eta txarra kentzen egon, hori sozialismo utopiko hutsa dela eta jada duela 200 urte mozorroa kendu zitzaiola. Osotasun sozialaren forma historikoa aldatzeko iraultzari, boterea lortzeko borroka estrategiari, burgesiaren estatu-aparatuak suntsitzeko eta proletalgoaren diktadura iraultzailea eratzeko estrategiari uko egiten badiozu, erabat kondenatuta zaude balorizazioaren logika sozialaren arrabola zapaltzailera, gaur egun fase suntsitzailean dagoena.

    Estatu-eredu burgesean, jarduera ekonomiko guztiak, osasunetik automobilgintzaraino, erabat soldatuta eta elkarri lotuta daude balioaren eta metaketaren legearen bidez. Gizarte burgesean, baliabide tekniko asko metatu badira ere, ez dago garapen historikoaren mailaren potentzial tekniko guztia askatzeko aukerarik, eta, jakina, ez dago ‘funtsezkoa ez den’ ekoizpena gelditzeko aukerarik, ekoizpena bera baita funtsezkoena. Produkziorik gabe hondamendia gertatzen da. Funtsezkoa dena gabe, gainbaliorik gabe, ez dabil ezer, gizarte honetako bizitzari eusten dioten printzipio guztiak erortzen dira: osasungintza, soldata, etxebizitza eskubidea, elikagaien hornidura, bankuko aurrezkiak, bake inperialista zauritua, etab.

    Ez dago ‘funtsezkoa ez den’ ekoizpena gelditzeko aukerarik, ekoizpena bera baita funtsezkoena

    Arazoaren planteamendu aurrerakoia, oraingoz langile klasearen barruan hegemonikoa dena, beraz, oso eskasa da praktikan, eta erabat faltsua teorian. Bai egungo gizarte ekonomiko burgesaren barne-loturak ulertzeko, bai planteatzen dituen arazoei balizko soluzioak emateko, uneko gobernuaren (espainiar estatuaren kasuan, VOX bezalako alderdi bat izan liteke hurrengo legealdian) agindu zuzenen menpeko estatuaren osasun publikoa aldarrikatzeak ez du ezer konpontzen. Konpondu nahi badugu, eta ez naiz ari osasun-arazo global larriez (minbizia, hiesa, diabetesa, tuberkulosia, adikzioak, laneko erailketak, gaixotasun mentalak, kutsadura masiboa...), arazo puntuala izan den pandemia honetan ospitaleek gainezka egitea bezalako arazoez baizik, hurrengoan errepikatu ez dadin, osasun pribatua kenduz eta publikoa/estatuarena indartuz egin nahi badugu, akats nabarmenean erortzen ari gara. Inori ez zaio gustatzen aberatsek pribilegioak izatea, baina ez dezagun ahaztu ospitale publikoetan hiltzen dela jendea korridoreetan etzanda. Gezurra da osasun publikoan inbertsio handiagoa egiteak arazoa konpontzen duela. Ikus dezagun:

    Labur esanda, osasun sistema burges global konplexuak osasungintzaren kudeaketa pribatua eta publikoa barne biltzen ditu osagarri gisa. Kudeaketa pribatuko osasun-zerbitzuek, mediku-aseguruek eta abarrek, gaur egun, osasun-arretaren bereizketari erantzuten diote. Alde batetik, burgesia eta langile klaseko goi-mailako geruzak egongo lirateke, errenta-mailaren arabera arretaren kalitate eta azkartasun handiagoa lor dezaketenak; eta bestetik, proletalgoa eta langile aristokraziaren behe geruzak egongo lirateke, pobreentzako osasungintza dutenak (publikoa/estatala), brotxa lodiz funtzionatzen duena, gaitz arin gehienak eta larri batzuk tratatu gabe utzita. Bi ereduek beren jardueren zati bat enpresa pribatuei (garbiketa, ostalaritza, telebista, etab.) kanporatzen diete.

    Osasun-sistema burges global konplexuak osasungintzaren kudeaketa pribatua eta publikoa barne biltzen ditu osagarri gisa

    Zer esan nahi du osasun publikoan gastua eta bolumena handitzeko eskaerak, klase ertaina suntsitzeko kapital finantzarioaren ofentsiba ekonomikoaren unean? Ba, besterik gabe (bortizki esango dut), garaiko politika kapitalistara makurtzea inplikatzen du. Finantza-elite globalak, dirua malgutzeko, billeteak inprimatzeko eta beren artean mailegatzeko programekin, zaharkituta utzi du zerga-ordainketa bidezko estatuaren finantzaketa-eredua: eta egoera horretan, klase ertainak bere zentzu ekonomikoa galtzen du, estatuen zerga-oinarria izatea baitzen zentzu hori (zentzu politikoa galdu egin zuen proletalgoaren prozesu iraultzaile kontzientearen mehatxua desagertu zenean). Beraz, finantza-ingeniaritza oldarkorraren bidezko klase ertainen suntsipen globalaren prozesua bizi dugu, alderdi erreformista ia guztien aurrean oharkabean pasatzen dena, eta zeinaren aurka sindikatuek ezin duten deus egin (oinarrian baititu soldata erlatiboaren diferentziala, iraultza teknologikoa eta berehalako ekoizpen-prozesuko lanarekiko gobernuaren banantzea. Hau agian etorkizuneko beste testu batean landuko dut). Izan ere, klase ertainaren fakzio guztien aurkako Kapital Finantzarioaren aurrekaririk gabeko erasoaldi betean, logikoa da klase ertainaren oinarrietako bat behera etortzea, hala nola pribilegioak dituen klase ertain zabal bat mantentzeko estatuak osasun pribatuari edo itunpeko hezkuntzari emandako laguntzak. Berez, pobreentzako osasun publiko zabalago baten aldarrikapena, osasun publikoan gastu handiagoa egitearen aldekoa, ikusi nahi ez bada ere, Kapitala, bere forma finantzario eguneratuenean, jada aldarrikatzen ari den merkatzea eta kalitatearen okertzea da: osasun pribatua aberatsenentzat bakarrik. Ziurrenik, proletarizazio testuinguru honetan, osasun publikoaren hornidura orokorra handituko da, baina artatu behar dituen pertsonak esponentzialki handituko direlako; izan ere, gero eta pertsona gutxiagok izan dezake mediku-aseguru bat, mutua bat etab. soldataren modalitate guztietan emandako murrizketarekin, berez, Kapitalarentzat aurrezpena denarekin. Bada, bai, orokorrean baliabide gehiago egongo dira osasun publikorako, baina per capita baliabide gutxiago egongo dira, hau da: kolapso handiagoa eta zerbitzu okerragoa. Leporaino zorpeturik eta produktibitate gutxirekin dauden estatuetan ez dago ihesbiderik Iraultza Sozialista eta Ekoizpen osoaren Antolakuntza Sozializatua baino, osasungintzarena barne.

    Zer esan nahi du osasun publikoan gastua eta bolumena handitzeko eskaerak, klase ertaina suntsitzeko kapital finantzarioaren ofentsiba ekonomikoaren unean? Ba, besterik gabe (bortizki esango dut), garaiko politika kapitalistara makurtzea inplikatzen du

    Zenbat eta proletalgo gehiago, orduan eta osasun publiko handiagoa eta osasun pribatuaren erabilera txikiagoa izatea logikoa da. Kuantitatiboki, inbertsio handiagoa egiten da osasun publikoan; izan ere, kuantitatiboki handiagoa den proletalgoa dago, eta hori estatuaren kontura doa, jakina, hau da, zorraren ordainketaren mekanismoaren bidez hurrengo belaunaldi proletarioen bizkar erortzen den zorraren kontura.

    Osasun-zerbitzuaren kalitatea bermatzen duena ez da haren publikotasuna/estataltasuna, baizik eta helburuak, edukia, azken finean: nork agintzen duen eta nork erantzuten dion oinarrizko auzien mailari, jarduera ekonomikoaren arlo guztietan bezala. Eta osasun publikoa pobreentzako osasuna da, oso kalitate baxukoa, bankarien eta enpresaburuen estatuaren eta haien alderdi estruktural ustelen bidez kapitalaren kontrol eta gobernuaren menpe dagoena.

    Testu honetan osasun-arloko oposizioa eta klaseen arteko borroka planteatzea defendatzen dut, ez pobreentzako osasungintzan inbertsioa handitzearen (publikoa, estatuak kudeatua, sendagaiak, ikerketa eta merkatu baliabideak dituena) eta aberatsentzako eta klase ertainentzako osasungintzan inbertsioa murriztearen aldeko apustu gisa (kudeaketa pribatukoa eta ordainketakoa edo koordainketakoa); baizik eta osasun-sistema burges osoaren (estatuarena eta pribatua barne hartzen dituena) aurkako klaseen arteko borrokan, osasun-sistema sozialista edo sozializatua eraikitzearen aldeko apustu gisa, proletalgoaren interesentzat alternatiba erreal bakar gisa bultzatu behar duguna. Hau da: burgesiaren kontrolpean dagoen eta Kapitalen metaketa-beharrek zuzentzen duten osasun-sistema, edo proletalgoaren kontrol demokratikoaren mende dagoen osasun-sistema, Unibertsala, doakoa eta kalitate gorenekoa, edo munduko biztanleria osoarentzat garapen tekniko-zientifikoaren mailaren araberako ahalik eta bizi-kalitaterik onena sortzeko helburua duena.

    Osasun-sistema burges osoaren (estatuarena eta pribatua barne hartzen dituena) aurkako klaseen arteko borrokan, osasun-sistema sozialista edo sozializatua eraikitzearen aldeko apustu gisa, proletalgoaren interesentzat alternatiba erreal bakar gisa bultzatu behar duguna. Hau da: burgesiaren kontrolpean dagoen eta Kapitalen metaketa-beharrek zuzentzen duten osasun-sistema, edo proletalgoaren kontrol demokratikoaren mende dagoen osasun-sistema, Unibertsala, doakoa eta kalitate gorenekoa, edo munduko biztanleria osoarentzat garapen tekniko-zientifikoaren mailaren araberako ahalik eta bizi-kalitaterik onena sortzeko helburua duena

    Horretarako, testuak osasun-sistema kapitalistaren ezaugarri esanguratsuenak aztertzen ditu, ondo identifikatu ahal izateko zeintzuk diren konfinamendu handi honek eta segurtasun osoz 2020ko udatik aurrera, mundua ofizialki atzeraldian sartzen denean, sortuko den krisi ekonomiko global honek irekitzen duten klase borrokaren aldian kolpatu eta desprestigiatu behar diren nukleo problematikoak.

    1. OSASUN-ESPAZIO KAPITALISTA GLOBALAREN EZAUGARRITZE OROKORRA

    Lan, ezagutza eta baliabide teknikoak barne hartzen dituen jarduera gisa, eremu sanitario burges global osoaren funtsezko ezaugarri politikoa goi-burgesiaren kontrol zuzenaren eta gobernuaren mende egotean datza, bereziki oligarkia finantzarioaren kontrolpean, bai osasunaren kudeaketa pribatuko enpresetan, bai estatuaren bidezko osasun publikoan; beste zerbitzu batzuk kanpora ateratzen dituzten enpresa guztietatik (garbiketa, ostalaritza eta ospitaleetako zerbitzuak) eta osasun-osagarrien ekoizpenetik (farmazeutikak, aparatu teknikoak, etab.) pasatuta. Eta ez hori bakarrik: osasun erakunde global ia guztiak propaganda eta kontrol biopolitiko kapitalistaren erakunde ustelak dira. Burgesiari munduko biztanleriaren osasuna sortzen duen lan-prozesu guztiaren kontrola kentzea ezinbestekoa da; bestela, osasun-sistemak biztanleriaren zati baten interesen alde egiten jarraituko du, eta ez gizateria osoaren interesen alde.

    Goi-burgesiaren kontrol zuzenaren eta gobernuaren mende egotean datza, bereziki oligarkia finantzarioaren kontrolpean, bai osasunaren kudeaketa pribatuko enpresetan, bai estatuaren bidezko osasun publikoan; beste zerbitzu batzuk kanpora ateratzen dituzten enpresa guztietatik (garbiketa, ostalaritza eta ospitaleetako zerbitzuak) eta osasun-osagarrien ekoizpenetik (farmazeutikak, aparatu teknikoak, etab.) pasatuta. Eta ez hori bakarrik: osasun erakunde global ia guztiak propaganda eta kontrol biopolitiko kapitalistaren erakunde ustelak dira

    Burgesiaren gobernupean dagoen bitartean, osasun-erakunde bakoitzaren helburuak, esku hartzeko, tratatzeko eta diagnostikatzeko metodoak, patologien sailkapena, etab. klase menderatzailearen beharrek erabakiko dituzte azken batean. Klase menderatzaileari bideratutako zentro pribatuetan, ongizatearen ekoizpena izango da nagusi, irabaziaren osagai sozialaren gastuaren parte gisa; herritar gehienentzako osasun-zentroetan, berriz, lan-indarraren erreprodukzioa izango da nagusi, zeharkako soldataren osagai sozial gisa, eta negozio pribatua egitea, gainbalioa ekoizten duen produkzio-jarduera gisa, ongizate kolektiboaren ekoizpena inola ere garrantzitsua ez delarik, gastu ez-produktiboa baizik, eta ondorioz, gertatuko ez dena. Horrez gain, munduko biztanleriaren zati handi batek, produktiboa ez denez, osasun-laguntza txikienik gabe jarraituko du, hala nola Hego Globaleko estatu anitzetan, Afrikan, Latinoamerikan eta Asia-Ozeano Barean.

    Bestalde, burgesiak diskurtso medikoa, zientzia biologikoak eta arlo horretako egiaren ordena ere menderatzen ditu, bai medikuntzan zuzentzat eta okertzat jotzen denari dagokionez, nola ikertu edo ikertu ezin denari dagokionez (ikus, adibidez, OMEk industria nuklearreko hondakinek osasun globalean duten eraginari buruzko ikerketa-artikuluak argitaratzeko ezarritako debekua), ikerketarako inbertsioak bere interesen arabera lehenetsiz, eta ez biztanleria orokorraren interesen arabera, gainera, une oro, erabaki politikoak inposatzeko agintaritza tekniko gisa erabat esku hartutako diskurtso medikoa erabiliz (horren adibide garbia dugu salbuespen egoera eta etxeko atxiloketa globalak inposatzea, OME bezalako erakunde kapitalisten edo, orokorrean, Kapital Finantzarioaren eta, partikularki, Farmazeutika eta osasungintzako multinazionalen kontrol mafiosoaren mende dauden osasun-ministerioen osasun-gomendioei jarraituz. Hau da, kapitala bera ere, hein batean, osasun-eremu globalaren ikerkuntza-teknikaren hobekuntzarako potentziala blokeatzen ari da, zuzenean ez baita errentagarria ekonomiari dagokionez.

    Burgesiak diskurtso medikoa, zientzia biologikoak eta arlo horretako egiaren ordena ere menderatzen ditu

    Azken batean, finantza-elite global boteretsuak eta bere erdi-mailako enpresa-koadroek diskurtso eta praktika mediko guztiak kontrolatzen dituzte, jarduera eremu guztietan, beren intereserako. Munduko osasun-esparrua burgesiaren jabetza da. Ekoizpen-botere mediko horren zati bat bere ongizaterako erabiltzen du, beste zati bat irabaziak sortzeko sektore gisa (espainiar estatuan osasuna BPGren ehuneko 13 da), eta beste zati bat albaitaritza-zerbitzuaren antzeko zerbaitetarako, bere ganadu berezia bizirik mantentzeko: proletalgoa.

    Formazio sozial burgesean bizitza produzitzeak eta erreproduzitzeak berebiziko garrantzia du balioaren metaketa prozesua elikatzeko. Balorizazioak prozesuan lan-indarra kontsumituz funtzionatzen du, eta, beraz, beharrezkoa zaio, alde batetik, lan-indarra ezgaitzea eta gastu inproduktibo bilakatu dezaketen istripu, gaixotasun, etabarren aurrean operatibo mantentzea: bestalde, kontrol biopolitikoaren menpe mantendu eta jaiotzatik formatu behar du lan-indar berria; horregatik, bizitza berria sortzeko prozesua ere kontrolatzen du, eta kontu handia jartzen du horretan. Gainera, metatze-sektore propioa osatzen du, kontsumorako osasun-produktuak eskaintzen dituen industria pribatu oso bat dagoen neurrian, farmazeutiketatik hasita eta ordainpeko mediku-laguntza orotaraino.

    Osasun-sistema globalak lan-indarra formatzen eta sortzen du, betiere Kapitalaren metaketa ziklo bakoitzaren premiei erantzunez, eta, beraz, bizitza eta heriotza banatzerakoan, edo tratatu beharreko patologiak eta aplikatu beharreko tratamenduak banatzerakoan, irizpide desberdinei erantzunez, egoera bakoitzean Kapitalak dituen beharren arabera. Orain dela gutxi arte pentsiodun gehienak, haien pentsioak familia askoren laguntza-gune izanik ordena mantentzeko funtzioak betetzeagatik, pentsio funtsak Kapital finantzarioaren maniobretarako arrisku-Kapitalaren gordailu bat izateagatik, eta zenbait industriatan, hala nola turismoan edo komertzioan, kontsumo-talde sozial bat izateagatik, bizitza artifizialean mantentzen zituen osasun-sistema horrek berak hiltzen uzten ditu orain, ziklo aldaketa berrian jada ez direlako baliagarriak izango, ezta kapitala gauzatzeko, kontsumoaren esparrurako, ere.

    2. OSASUN PUBLIKO/ESTATATAL BURGESAREN EZAUGARRI PARTIKULAR BATZUK

    Osasun-esparru burgesaren engranajea ulertu nahi badugu, argi izan behar dugu zeri egin behar diogun aurre, non dauden bere ahulguneak, non ditugun propaganda, antolaketa eta borroka-fokuak, prozesu taktikoan hurrenez hurren, hurrengo hamarkadetan borroka egiteko. Ekarpen gisa baliagarria izan dadila egungo gaitasun teknikoarekin konpongarriak diren ahulguneen azterketa hau.

    2.1- Osasun burgesaren sistema publikoa printzipioz kolapsatutako sistema da. Ez baliabide nahikorik ez dagoelako, baizik eta gizarte antolakuntza kapitalista ez delako baliabide horiek emateko gai. Osasungintza publikoa beti dago kolapsatuta, neurri handiagoan edo txikiagoan, ez baita lehentasunezkoa egituraz defizitarioak diren eta zorrek gobernatuta dauden estatuen baliabide ekonomikoak gehiengo inproduktiboa duen biztanleriari zerbitzu azkarragoa eta kalitatezkoa emateko gastatzea. Horrek gehiegi oztopatuko luke balorizazio-tasa. Mutualitateek eta abarrek ziurtatu behar dute enplegua duen langilea ahalik eta baja gutxien hartzen ari dela, eta osasun publikoa, ahal den neurrian, lan-indarra bizirik eta operatibo mantentzeaz arduratu behar da, edo, bere kasuan, metaketa-zikloaren arabera, salgaien balioa salmentaren bidez egikaritzen laguntzen duten kontsumitzaileen armada bizirik eta operatibo mantentzeaz. Estatuaren osasun publiko ororen funtsezko ezaugarrietako bat itxaron-zerrendak eta mediku bakoitzeko paziente kopuruaren saturazioa dira. Inork uste al du hau benetan alda daitekeela Kapitalari botere soziala kendu gabe?

    Osasun burgesaren sistema publikoa printzipioz kolapsatutako sistema da

    Soberan dago esatea aldez aurretik kolapsatutako sistema batek ez duela zer eginik larrialdi global baten aurrean, izan eraso militar masibo bat, hondamendi ekologiko bat edo pandemia bat. Oraintxe ari gara hori egiaztatzen: osasuna aurretik kolapsatuta zegoen, eta COVID-19aren arazoak prozesu asko eta beste patologia batzuk artatzeko zain zegoen pertsona asko blokeatu ditu, lehenengo unetik ospitaleak birusak berak kaltetutakoei arreta emateko kolapsatuak egoteaz gain. Osasunaren ikuspegitik, munduko langileak erabat babesik gabe daude mehatxu mota horien aurrean, eta hala jarraituko dute logika kapitalistak osasun-jarduera zuzentzen duen bitartean. Osasungintzaren egiturazko saturazio hori Iraultza Sozialista Internazionalarekin bakarrik konpon daiteke.

    2.2- Eredu profesional medikoak eta osasun-langileen formakuntzak prestakuntza humanista txikia edo nezdeusa dute, Kubaren kasuan bezala politika sozialista baten gida-elementuetan aurrera egin duten aurreko ziklo iraultzailean agortutako entsegu sozialistako estatuetan izan ezik. Muturreko gizatasuna eskatzen duen diziplina batean, osasun-jardueraren kasuan bezala, sufrimenduarekin eta minarekin lan egiten denez, prestakuntza humanistikoak eta etikoak ez du irakasgai hutsa izan behar, baizik eta eduki zentrala, osasun-langileen zutabe profesionala. Medikuntza burgesaren formak berak sustatzen du pazientearekiko sentsibilitate medikorik eza. Osasun-langileak ehunekin, organoekin, gorputzekin lan egiteko prestatzen dira, ez pertsonekin lan egiteko. Klinikaren Jaiotza lanean, M. Foucaultek medikuntza modernoaren eraketa prozesua ehunen eta abarren gaineko diagnosi prozesu gisa azaltzen du, non ez den giza dimentsiorik existitzen. Horregatik, langile horietako gehienek modu totalitarioan jokatzen dute pazienteekin, horietan esku hartu beharreko objektuak ikusten ikasi baitute. Ez da beharrezkoa informazioa xehetasunez ematea, ezta pazienteei beren tratamenduari buruzko iritzia ematen uztea ere, ez aukerarik eskaintzea, ezta begi-bistakoak ez diren kasu guztien diagnostikoan interes berezirik jartzea ere (izan ere, gaur egun, osasungintzako profesionalak debaluatuak izaten ari dira pazientearen eta sistema informatikoetan ezarritako diagnostiko kodearen arteko bitartekari izatera, gaitasun hermeneutiko propiorik gabe eta jakintza espezifikoa garatzeko inolako asmorik gabe). Jakina, beti daude salbuespenak, baina osasungintzako langile eredu burges zabalduena hau da, gorputzen mekanikari bat, balioetan eta humanismoan inolako formaziorik ez duelako jasotzen, nola, beti eskrupulurik gabeko burokrazia mediko/politiko baten agindupean, burutzen duen lan-prozesu besterentzailearen beraren izaeragatik ere. Beraz, garrantzitsua da medikuntzaren esparruko politika sozialista, jarduera estrategikoa da. Komunismoan militatzen duten osasungintzako langileak bikaintasun tekniko eta humanoan formatu behar dira, Alderdi Komunistak sustatutako prestakuntza, osasun-sistema kapitalistan tresna ideologiko eta propagandistiko gisa balio behar duena, gehien behar dutenen bizitzak hobetzen dituen giza erreferente gisa, eta are gehiago proletalgoak Historiaren norabidea eta sozialismoaren nagusitasun etikoa frogatzeko baliabideak bere esku dituenean.

    2.3- Ospitaleak, makineria, diagnostikorako edo tratamendurako materiala, botikak, etab. bezalako baliabideak ekoizteko ereduari dagokienez, estatuaren osasun burgesean errentagarritasun ekonomikoa da nagusitzen dena teknologia, tresna edo diagnostiko-prozedura bat edo beste erabiltzerako orduan.

    Farmakoak garatzeari eta tratamenduetarako erabilera gomendatuari dagokionez, irizpide mediko hutsari lehentasuna eman beharrean, industriaren eta farmazeutiken irabazi probabilitateak ezartzen ditu irizpide medikoak. Sendagai bat edo bitarteko tekniko bat oso beharrezkoa izan arren, irabazirik ez badago, ez da fabrikatzen, eta sendagai bat ematea beharrezkoa ez izan arren, baliteke familiako medikuak kontsumitzea gomendatzea, hori bezain sinplea da. Maskara eskasiak oinarri objektibo bat du honetan: ez zegoen eskaririk, eta, beraz, ez ziren fabrikatu eta are gutxiago biltegiratu. Ikuspegi tekniko-sanitario batetik, pandemiaren benetako probabilitatearen aurrean, nazioarteko hainbat dokumentu eta txostenetan ohartarazten ari zena, horrelako NBE erreserbak izatea premia eztabaidaezina zen. Hala ere, merkatu kapitalistan ez da behar teknikoa nagusi, kontsumo eraginkorraren eskaria baizik. Eskaririk gabe, ez dago produkziorik. Eta, eskaria egon arren, eskatzaileek ezin badute ordaindu, ezta ere. Adibidez, hori gertatzen da planetako eremu handietan, non milioika pertsona hiltzen diren urtean tratamendu errazeko gaixotasunen ondorioz, oinarrizko sendagaien hornidura faltarekin.

    Ospitaleei eta baliabideei dagokienez, osasun-esparru burgesa, berez, ikaragarri segregazionista da, eta funtsean, lehia du oinarri. Lehiakorra ez bazara, ez duzu baliabiderik, eta ez duzu eskubiderik, ezta osasunerako ere. Adibidez, mila biztanleko, estatu batetik bestera dagoen desberdintasuna ospitale-oheen banaketan. Adibidez, herrialdeen artean, baliabideen eta diagnostiko-materialen eskuragarritasunean dagoen desberdintasuna, baita herrialde bereko zonaldeen artean ere. Eta ez du soilik lurraldearen arabera bereizten zentroaren eta periferia kapitalistaren artean: hori ere egiten du, eta, batez ere, lehen esan bezala, klaseen artean: elitearen osasun pribatuak puntako teknologiak ditu, profesional onenak eta baliabideak eskuratzeko modurik onena; proletalgoa, berriz, ospitale zahar eta hautsietan sendatzera behartuta dago, iraungitako materialarekin eta baliabide gutxirekin, baita finantza-zentro globalean eta osasungintzan BPG gehien inbertitzen duen herrialdean ere. Hau, gezurra badirudi ere, Ameriketako Estatu Batuak dira.

    Horri guztiari patente farmazeutikoen ondoriozko oinarrizko sendagaien bahiketa gehitu behar zaio. Baita, biztanleriaren parte handia kalitate zalantzagarriko sendagaiekin pozoitzeko eskrupulu falta, eta garrantzia medikoa duten kutsadura nuklearraren, kutsadura elektromagnetikoaren, elikagai kutsaduraren, eta abarren inpaktuak bezalako gaien inguruko ikerketa falta partziala edota osoa ere.

    2.4- Esku-hartze orokorrerako eredua tratamenduan oinarrituta dago, eta ez prebentzioan, arrazoi sinple batengatik: prebentzioan negoziorik ez dagoelako. Jende gutxiago gaixotzen bada, farmazeutikek gutxiago irabazten dute, hori bezain sinplea da. Gainera, prebenitzea sendagai bat ezartzea baino garestiagoa da, bereziki osasun-sistema gehien behar izaten duen biztanleria ez-produktiboaz ari garenean (gaixo kronikoak, adinekoak, ezinduak, etab.); izan ere, osasuntsu mantentzeak diziplina anitza eta klase agintariaren interesetatik eta gastu-asmotik oso urrun dagoen baliabideen erabilera eskatzen ditu.

    Esku-hartze orokorrerako eredua tratamenduan oinarrituta dago, eta ez prebentzioan, arrazoi sinple batengatik: prebentzioan negoziorik ez dagoelako

    2.5- Osasun-sistema burgesaren eredua gainerako ekoizpen-prozesuetatik partzialki edo erabat bereizita dago. Adibidez: espazioak beti dira espazio espezializatuak, hotzak, gizatasunik gabeak eta eguneroko bizitzatik bananduak (anbulatorioak, ospitaleak). Gainera, abstraktuki bateratuak dira, irizpide mediko guztien gainetik, zentro berean patologia eta prozesu guztiak biltzen dituztenak: adibidez, hiltzen den leku berean erditzen da, ekartzen da bizitzara; COVID-19 bezalako gaixotasun infekziosoak tratatzen diren espazio berean tratatzen zaio minbizia jende immunodeprimituari, mediku-ikuspegitik erabat zentzugabea dena.

    Horrekin batera, osasungintza bizitza-prozesutik bereizten denez eta zentro espezializatuetan ixten denez, hau ez dago ekoizpenaren eta bizitzaren gainerako esparruetan. Adibidez, ez dago berehalako erizaintza-zerbitzurik industrian, eraikuntzan, etab. Langile batek istripuren bat izanez gero, anbulatorio edo ospitalera joan behar du. Ez dago berehalako arreta medikorako zerbitzurik eskoletan, unibertsitateetan, batez besteko adin handia duten langileen auzo askotan, masa erakundeetan, etab. Beste industria batzuetan, hondakinen kudeaketan, kutsadura-mailetan eta abarretan ez dira osasunaren gaineko eraginari buruzko azterketak aplikatzen. Ez dago kontrol medikorik elikagaien merkatuan, ehungintza-industriako jantzien materialetan, lan-prozesuetako segurtasunean, etab. Prebentzioaz eta tratamendu eraginkorraz benetan arduratzen denPor ejemplo: los espacios siempre son espacios especializados, fríos, deshumanizados y separados de la vida cotidiana (ambulatorios, hospitales). Además, son espacios abstractamente unitarios, que, por encima de todo criterio médico, reúnen todas las patologías y los procesos en un mismo centro: Por ejemplo, se trae a la vida, se da a luz en el mismo sitio donde se muere; se trata el cáncer a gente inmunodeprimida en el mismo espacio en que se tratan las enfermedades infecciosas como la COVID-19, lo cual resulta totalmente absurdo desde un punto de vista médico.

    Junto con esto, al separar la sanidad del proceso de vida y enclaustrarla en centros especializados, esta no está presente en el resto de ámbitos de la producción y la vida. Por ejemplo, no hay servicio de enfermería inmediato en la industria, en la construcción, etc. Si un obrero sufre un accidente, debe desplazarse al ambulatorio u hospital. No hay servicio de atención médica inmediata en escuelas, en universidades, en muchos barrios obreros con una media de edad avanzada, en instituciones de masas, etc. No se aplican los estudios de impacto de salud en otras industrias, en gestión de residuos, en niveles de contaminación, etc. Hay una ausencia de control médico del mercado de alimentos, de los materiales de vestido de la industria textil, de la seguridad en los procesos de trabajo, etc. En un sistema social realmente preocupado por la prevención y el tratamiento eficaz, la tecnología médica sería un complemento de todos los procesos sociales, no un ámbito separado de la vida, parcialmente ineficaz, sin autoridad real para determinar cómo deben ser el resto de procesos, y deshumanizado en su modo de proceder.

    Bajo mi punto de vista, en el proceso de articulación del Partido Comunista como organización de los poderes proletarios, la dimensión sanitaria debe estar enraizada en todos los ámbitos del partido, para reforzar todos los procesos proporcionando bienestar a la ofensiva militante revolucionaria. Esto debe servir como semilla de organización superior para aplicar en la dictadura revolucionaria del proletariado.

  6. El sistema de sanidad público/estatal capitalista se basa en la exclusión del bienestar y de un modelo de plenitud, centrándose en la lucha contra las enfermedades. Sólo la sanidad para ricos produce bienestar, la sanidad para pobres se destina a evitar la destrucción de la capacidad productiva. De tal manera que excluye de la gratuidad de ciertos servicios sanitarios esenciales, o lo que es lo mismo, excluye a todo el proletariado que no puede pagarlos de servicios esenciales como masajistas, fisioterapeutas, nutricionistas, medicina de cabecera realmente cercana y holística, e incluso odontología y todo un conjunto de especialistas. No hablemos ya del descanso, del derecho a una alimentación sin tóxicos, a la vivienda, a vivir sin estrés, a no ser socializados en un medio social que fomenta las adicciones, y un largo etcétera de factores sociales que deberían de ser de dominio sanitario primordial para producir un bienestar y una salud reales para la mayoría de la población.

    Podría extenderme más, pero considero suficiente como texto introductorio al gran problema social de la sanidad capitalista, visto desde un punto de vista que realmente proponga una solución real, que pasa indefectiblemente por arrebatar los mandos a la burguesía y socializar el proceso.

Nire ustez, Alderdi Komunista botere proletarioen erakunde gisa egituratzeko prozesuan, dimentsio sanitarioak sustraituta egon behar du alderdiaren eremu guztietan, prozesu guztiak ofentsiba iraultzaile militanteari ongizatea eskainiz indartzeko. Horrek goi-antolaketaren hazi gisa balio behar du, proletalgoaren diktadura iraultzailean aplikatzeko.

2.6- Osasun-sistema publiko/estatal kapitalista ongizatearen eta eredu osoaren bazterketan oinarritzen da, gaixotasunen aurkako borrokan zentratuz. Aberatsentzako osasungintzak bakarrik sortzen du ongizatea, pobreentzako osasuna ekoizpen-ahalmenaren suntsipena saihestera bideratzen da. Modu horretan, doakotasunetik kanpo uzten ditu oinarrizko osasun-zerbitzu jakin batzuk, edo berdina dena, ordaindu ezin dituen masajisten, fisioterapeuten, nutrizionisten, benetan hurbila eta holistikoa den familia-medikuntzaren, nahiz odontologiaren eta bestelako espezialisten funtsezko osasun-zerbitzuetatik kanpo uzten du proletalgo osoa. Zer esanik ez atsedenaz, toxikorik gabeko elikadura izateko eskubideaz, etxebizitzaz, estresik gabe bizitzeko eskubideaz, adikzioak sustatzen dituen ingurune sozial batean sozializatuak ez izateko eskubideaz, eta beste hainbat faktore sozialez, herritar gehienentzat benetako ongizatea eta osasun erreala sortzeko funtsezko osasun-arlokoak izan beharko liratekenak.

Gehiago luza ninteke, baina nahikoa iruditzen zait osasungintza kapitalistaren arazo sozial handiari sarrera emateko testu gisa, benetan irtenbide erreal bat proposatzen duen ikuspuntu batetik ikusita, ezinbestean burgesiari agintea kendu eta prozesua sozializatzetik pasatu behar den irtenbidea.